El colágeno cumple una función esencial en la zona del rostro, ya que ayuda a conservar una apariencia juvenil. Aporta estructura, elasticidad e hidratación, tres factores que se reflejan en un cutis saludable. Cuando los niveles de colágeno son óptimos, la piel del rostro se ve:
- Hidratada y con volumen
- Firme y pareja al tacto
- Con un brillo natural y saludable
- Elástica, con buena capacidad de recuperación
- En la zona del contorno de ojos, más luminosa y revitalizada
En la juventud, los niveles de colágeno están en su punto más alto, por eso la piel de los niños y adolescentes es tan suave. Sin embargo, con el paso del tiempo, la producción de colágeno disminuye de forma progresiva. Desde los 20 años, se estima que el cuerpo pierde cerca del 1 % de colágeno por año, y no logra reemplazarlo con la misma rapidez con la que se degrada. Además, las fibras de colágeno se vuelven más delgadas y frágiles.